En defensa de las asociaciones de traductores (y por qué a mis 60 años todavía no soy miembro de ninguna)

Llevo más de 13 años asesorando a cientos de personas que se inician en la traducción y todas me han oído decir que, para desempeñarse en esta profesión, es imprescindible ser miembro de alguna asociación de traductores. Lo sigo recomendando como el primer día, pero me gustaría contar brevemente la experiencia que he tenido con ellas:

  1. La primera de la que me hice socio (hacia 2010; hoy, prácticamente extinta) fue una «asociación (…) de traductores (…) de medicina (…)». Creo que habríamos hecho grandes cosas juntos. Pero llegué a ser secretario de la junta directiva y, cuando pedí ver las cuentas, se apresuraron a solicitar mi expulsión. Me marché 5 minutos antes de que lo hicieran. Fue una buena decisión, visto lo que pasó después entre ellos (entre otras cosas, que las cuentas eran ruinosas).
  2. Luego me hice socio de ASETRAD, pero me pareció que no estaban suficientemente interesados en la traducción médica. Acaba de presentar un excelente programa de 11 actividades para otoño, ninguna relacionada con la traducción médica. Estuve 1 año con ellos, creo. No descarto volver, si es que me admiten.
  3. La siguiente fue IAPTI, una asociación de lujo en todos los aspectos pero, que en mi opinión, está tan centrada en el asunto de la ética de la profesión y en la traducción jurídica y literaria (todo ello muy loable y necesario) que no les queda sitio para la traducción médica. Creo que también estuve 1 año con ellos.
  4. Después estuve en ITI, la más importante asociación de traductores del Reino Unido. Allí aguanté algo más (creo que 3 años), pero si no recuerdo mal en sus congresos anuales hubo poquísimas o ninguna presentación sobre traducción médica. Además, en el foro de traducción médica del inglés al español, se rechazaban sistemáticamente mis propuestas, y eso que era el único nativo y uno de los pocos médicos que intervenían.
  5. Como creo firmemente en la necesidad de estar asociado, creo que mi próxima solicitud será para entrar en la ATA; en esta última, sin ser miembro, me han tratado de cine desde que por primera vez me invitaron a su congreso de San Diego en 2012 (¡y he estado en varios: el próximo en octubre en Los Ángeles!).

En un par de ocasiones he tratado de propiciar la fundación de la asociación de traductores e intérpretes médicos que necesitamos (hasta le pusimos nombre: ATIMed), pero no logré el respaldo suficiente. Aquí expuse mi propuesta:

https://pablomuguerza.com/los-15-objetivos-de-la-nueva-asociacion-de-traductores-medicos/