Los 15 objetivos de la nueva asociación de traductores e intérpretes médicos

Aunque te cueste creerlo, en 2022 no existe una asociación específica para traductores e intérpretes médicos de otros idiomas al español. Lo más parecido que existe es una «asociación internacional de traductores y redactores de medicina y ciencias afines» de la que hace mucho que no sé nada. Yo paso a la acción.

Confieso que, a la vista de la evolución del muro de FB «Traducción Médica Aplicada», me he planteado en alguna ocasión si, con sus más de 10 300 miembros (profesionales de la lengua y de la traducción en su mayoría) y el estupendo ambiente de compañerismo que se respirar allí, no podía contemplarse como el prototipo de una asociación dedicada a facilitar la vida de sus socios. Por eso redacté este esbozo el 5 abril de 2016 (que he actualizado el 9 de marzo de 2022), antes de que se produjera la debacle de la asociación a la que me he referido en el primer párrafo.

Los 15 (+1) objetivos de una asociación de traductores médicos profesionales deben ser, en mi opinión:

  1. Velar por los derechos de los traductores médicos y por impedir que accedan a la profesión estafadores, advenedizos y saltimbanquis.
  2. Liderar la formación de traductores médicos con ciberseminarios, cursos presenciales, congresos y todo tipo de reuniones. Estudiar la posibilidad de crear un máster de traducción médica moderno. Todo ellos con dos sedes, una a cada lado de Atlántico. Insistir en los aspectos prácticos de la profesión como objetivo principal, sin descuidar los aspectos teóricos.
  3. Estar en contacto con las grandes asociaciones de traductores que cuentan con divisiones para traducción médica (ATA, ITI, IAPTI, Asetrad, etc.) para facilitar intercambios de todo tipo.
  4. Publicar un boletín o revista electrónico informativo, con un consejo redactor formado por profesionales de la traducción médica. Un boletín para informar a los socios de la actualidad de la profesión exclusivamente. Esta publicación informará libre y gratuitamente de su audiencia en las redes y de las referencias que de ella se hagan en los organismos que las contabilizan. Nada será secreto.
  5. Ofrecer un examen de aptitud propio, que certifique que quien lo haya pasado está en condiciones de ejercer la profesión.
  6. Disponer de un medio monitorizado para el intercambio de consultas (foro, muro de FB, Twitter, lo que sea).
  7. Organizar actividades profesionales en diversas ciudades, desde visitas guiadas a museos hasta encuentros con profesionales médicos y de la traducción que nos expliquen su especialidad.
  8. Crear una bolsa de trabajo controlada, donde los socios puedan encontrar clientes de prestigio y colgar sus CV.
  9. Centralizar todo lo citado (ciberseminarios, examen, foro, noticias, bolsa de trabajo) en una plataforma propia en Internet.
  10. Colaborar estrechamente con nuestras referencias terminológicas (Cosnautas, Diccionario Panhispánico de la Real Academia Nacional de Medicina) y con los Colegios de Traductores Públicos de América, para dejar oír nuestras respectivas voces y que la información fluya en todos los sentidos.
  11. Asesorar a los socios autónomos (previsiblemente, la mayoría) sobre fiscalidad, seguros y emprendimiento mediante un departamento especializado.
  12. Actuar sin exclusiones y sin vetos, con unos criterios de admisión transparentes y objetivos. Cualquier autoridad que interese a los socios podrá y deberá intervenir en los congresos o dictar cursos, sin que los odios personales puedan intentar marginar o hundir la profesión de un compañero. No más amiguismo ni nepotismo, ¡es una asociación profesional!
  13. Contar con administrativos profesionales y remunerados de forma transparente. Un número creciente de miembros de la directiva deberán recibir remuneración justa a cambio de su trabajo. Solo así podremos exigirles responsabilidades y destituirlos si no cumplen los objetivos. En el siglo XXI, en esta parte del mundo han terminado los tiempos de gratis et amore («a pesar de la chapuza que he hecho y de mi inactividad, no se te ocurra criticarme, con la de tiempo que le dedico a cambio de nada»).
  14. Huir del amiguismo, del nepotismo, del sectarismo y de la terrible endogamia. La asociación considerará de máxima importancia la relación cordial y el intercambio con otras asociaciones que lo deseen. Establecer un sistema de mentores: algunos traductores con experiencia se ofrecerán a los más jóvenes para reunirse con ellos, proponerles ejercicios que corregirán juntos, y hablar del futuro profesional o de lo que deseen.
  15. Invitar a los intérpretes médicos a unirse a la asociación con sus propias demandas, en el caso de que estén interesados, para sumar apoyos y miembros.
  16. Crear un «premio internacional de traducción médica» (yo lo llamaría Premio Fernando Navarro, si él lo aceptara) con el objetivo de impulsar nuestra profesión, darle eco en los medios de comunicación y, de paso, señalar a los profesionales que mejor contribuyan a su desarrollo. 

Por diversos motivos (edad, ocupación, y otros que no vienen el caso) yo no estoy en condiciones de organizar algo así, pero me ofrezco desde este momento a asesorar a un equipo gestor formado por 3 o 4 personas, si así lo desean. Mi experiencia en cuatro asociaciones (hasta ahora) puede ser muy útil, sobre todo para no cometer los errores que he visto en algunas. Conozco al dedillo y de primera mano todos los errores que han llevado a su ¿final? a la asociación a la que me refería al principio, y ayudaré a intentar evitarlos.

Soy muy consciente de las enormes dificultades de todo tipo (no solo las económicas, por citar una no menor), pero creo que debemos hacer algo por nuestra profesión. Además creo en la máxima de que uno debe morirse con recuerdos, no con sueños. Ahora mismo, la creación de una asociación de traductores médicos es solo un sueño.

Todo empieza, a mi juicio, por crear una comisión de 3 o 4 miembros que estén dispuestos a iniciar esta tarea fabulosa.

¿Quieres intentarlo? ¿Tienes experiencia en otras asociaciones? ¿Dispones de contactos en academias, universidades, fundaciones, organismos oficiales, etc., que pudieran patrocinarnos o cuando menos asesorarnos en estas etapas iniciales? ¿Te gustaría formar parte de un equipo de estudio de la viabilidad de un proyecto así, para redactar sus estatutos? Escríbeme por privado a pablo@pablomuguerza.com y os pondré en contacto a quienes lo deseéis.