Cómo acabar de una vez por todas con la mayéutica y con el decalogismo

Ante todo deja que te felicite, querido lector: si has llegado hasta aquí (a pesar del título), tienes mucho mérito. Intentaré no defraudarte.
Me gustaría rescatar el término culto mayéutica para referirnos a la cada vez más frecuente (y, desde hace mucho, abusiva) utilización de la interrogación para poner título a cualquier tipo de documento. Me refiero, claro, a «¿Todavía no conoces…?», «¿Sabes cuántos músculos se mueven al sonarse la nariz?», etc. Yo mismo he utilizado esa técnica para atraer tu atención en Facebook y en Tuiter. Pero ya está bien, por Zeus[1].
Me gustaría acuñar el término decalogismo para referirnos a la cada vez más frecuente (y, desde hace mucho, abusiva) utilización de los decálogos, es decir, de los «conjuntos de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad». Por favor, antes de proponernos el enésimo decálogo («cinco cosas que debes tener en cuenta para…», «las 215 000 cosas que debes tener en cuenta al redactar tu CV», etc.), detente un momento y exprímete el cerebro en busca de algo un poco original.
Y ahora que los he puesto en la palestra, ¡acabemos con lo que significan! Solo hace falta un poco de imaginación. El amor por el idioma no está solo en las formas (ortografía, gramática, etc.), sino también en el fondo: de nada sirve utilizarlo con maestría si no tenemos nada que decir. La mayéutica y el decalogismo son técnicas utilísimas, pero solo si se emplean con mesura.
Facebook y, sobre todo, Tuiter, invitan a la pereza intelectual, a dejarse llevar por fórmulas aparentemente atractivas (como las que se mencionan aquí), pero que pierden su interés y su capacidad de atracción por la reiteración. Perdona que te corrija, pero todos hablaremos mejor si dotamos a nuestros textos de imaginación, porque esta no ocupa ni uno solo de los 140 caracteres de los gorjeos (tuits).
No voy a enrollarme, pero si te interesa la mayéutica gugléala y descubrirás que, en determinado contexto, ¡es lo contrario a la bendita ironía!
Un día de estos elogiaré la ironía, el ingenio y hasta el sarcasmo.



[1]El origen mitológico de la palabra «mayéutica» es bellísimo: el titán Atlas (el que llevaba el cielo sobre sus hombros) tuvo siete hijas con la ninfa marina Pléyone. Las hijas se llamaron Pléyades («hijas de las palomas») y una de ellas, la mayor y más bella,  fue Maya, que fue madre de Zeus y que da nombre a nuestro objeto de hoy.
2 comentarios
  1. Natalia P. Bermejo
    Natalia P. Bermejo Dice:

    Muy inglés el estilo interrogativo, los anglófonos lo usan en cualquier contexto (sin ir más lejos en Londres se pueden ver señales que rezan: "¿Te has asegurado de sacar el ticket del párking?"). En español no existe esa tradición, pero se va colando mediante traducciones poco avispadas…

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