Refutación de una cierta manera de disculparse
Nuestro idioma, el español, no dispone de un número elevado de fórmulas para expresar que uno ha cometido un error y lo lamenta. Básicamente se trata de expresiones del tipo de «pido perdón», «pido disculpas (que, según el DRAE, es lo que mismo que «disculparse», es decir, «pedir indulgencia«)», «lo siento», «lo lamento» y «me he equivocado». No me extrañaría que en japonés, por ejemplo, haya decenas de fórmulas para esto mismo. Pero claro, nosotros somos de otra forma.
Cuando uno se disculpa, admite un error y, si quiere, pide perdón por ello, valiéndose de las fórmulas antedichas. Así de sencillo.
Sin embargo, cada vez es más frecuente entre políticos y periodistas una nueva fórmula que ha nacido a la sombra de la ignorancia, de la cobardía y de la prepotencia, y que consiste en pedir perdón con condiciones.
Dicen: «Pido disculpas si alguien se ha sentido ofendido». Es decir: «Si nadie se ha ofendido, yo no pido perdón». O dicho de otra forma: «Yo no me he equivocado; pero si alguien se ha sentido ofendido (él sabrá por qué), entonces le pido disculpas», con lo que el ofensor transfiere la culpa al ofendido.
Pero el error no depende de que alguien se haya sentido ofendido.
Si tienes un minuto, reflexiona sobre la aparición de esta variante en nuestro idioma, y lo que significa en un mundo en el que se tiende a no asumir responsabilidades públicamente, a no dimitir, a no hacerse responsable de los errores de uno.
Si crees que te has equivocado, pide perdón y ofrece tus disculpas, que además es lo único que puedes hacer. Si alguien no quiere perdonarte o no acepta tus disculpas, entonces sí que le has transferido el problema, que ahora es todo suyo.
La conclusión es clara: desconfía del personaje público que utilice la expresión que hemos comentado. Te está mintiendo. No admite haberse equivocado. Y cree que eres idiota.
Perdona que te corrija.