He empezado a soñar contigo

En los años 80 del siglo pasado, que es cuando yo estudié medicina, la carrera se hacía en 6 años.  En cuarto curso pasabas de la facultad a uno de los hospitales.

Eso separó a nuestro grupo de amigos, porque mi amiga MAO se fue con su novio a un hospital distinto del Clínico de San Carlos, en el que nos quedamos casi todos. A pesar de ello mantuvimos la relación algunos años, hasta que la vida nos separó poco a poco. Algunos seguimos juntos.

Más de 20 años después, MAO me localizó. ¡Qué alegría! Quedamos para vernos y ponernos al día. Todo había cambiado tanto. Me contó que lo de su novio acabó con el tiempo y que ella estaba casada con otro hombre.

—    ¿No quieres saber por qué te he buscado?

—    Claro. Cuenta.

—    ¿Te acuerdas de aquel novio con el que me fui a otro hospital?

—    Sí, Ricardo, ¿no?

—    Exacto. Nos separamos y le perdí la pista. Años después empecé a soñar con él y lo busqué para saber cómo le iba. Resultó que había muerto meses antes.

—    ¡Vaya disgusto! Pero, ¿por qué me cuentas eso?

—    Por eso he venido a buscarte: he empezado a soñar contigo.