No fue un congreso más

El pasado sábado 5 de octubre la Asociación Internacional de Traductores e Intérpretes Profesionales (IAPTI)celebró su primer congreso en Londres. Tuve el honor de asistir y de hacer una presentación. Llevo a mis espaldas un sinfín de actos de este tipo (como oyente y como ponente) y creo que tengo cierto criterio para afirmar sin equivocarme que ha sido uno de los mejores congresos en los que he estado en mi vida.
Celebrarlo en Londres y con un inesperado clima primaveral también ayuda, eso es cierto. Pero estas circunstancias por sí solas no habrían logrado nada sin el trabajo de la admirada Aurora Humarán (presidenta) y su equipo (no puedo citaros a todos, pero estáis en esta reseña, de verdad). Enhorabuena de todo corazón.
Tanta bonanza era imaginable: ya los contactos con la organización, los mensajes de información y la publicidad fueron perfectos; exhaustivos, discretos y elegantes. Con la insistencia justa (eso tan difícil que consiste en recordarte las cosas sin agobiarte). Todo facilidades. Poco a poco fueron logrando el clima de que algo muy importante se avecinaba. (Y que, por cierto, han coronado con el correspondiente mensaje de agradecimiento, cosa que no todo el mundo hace).

Con estas expectativas, el sábado por la mañana me planté en el Hotel Kengsinton Hilton, muy cerca del mítico Notting Hill, en pleno barrio de Kensington y Chelsea.
Hilton London Kensington hotel - Hotel Exterior
La recepción y la entrega de documentación fueron impecables (nada del caos que se produce a veces):
Abrió el acto Aurora Humarán con una cálida y corta bienvenida, en la que presentó la IAPTI (a la que tengo el orgullo de pertenecer desde hace unos meses). Intervino a continuación nada menos que la insigne Profesora Mona Baker, quien nos deleitó con una ponencia espectacular sobre Ethics in the translation/interpreting curriculum and progression. Escuchando a los sabios se aprende hasta por ósmosis: la sabiduría empapa todos los rincones.
Después hablaron Madeleine Lee y Eileen Ford (Professional Interpreters for Justice: Standing up for the profession). Su ponencia fue emocionante, porque relataron su lucha (en el sentido más literal del término) a favor de los muy denostados intérpretes judiciales en el Reino Unido (y, por ende, en muchos países). La ovación que les dedicamos los asistentes no fue una cualquiera: fue larga y sentida. Estamos con ellas y con todo lo que representan.
El primer té de la mañana también tuvo su detalle: la organización no había salido del paso con unos tristes panecillos, sino con deliciosos bollitos con crema y frutas, y té y café de la mejor calidad.
Me gustó muchísimo el primer taller al que asistí, en el que Oliver Lawrence habló sobre la claridad: Clarity – serving our clients by serving their readers. Creo que uno de los mayores elogios que se puede dar a una ponencia es el que merece la de Oliver: fue inspiradora. Me dio algunas ideas fantásticas para un ciberseminario que espero pronunciar el año que viene.
A las 12:00 impartí el mío (The QMT Project), a sala llena y con algún problema técnico resuelto rápida y amablemente por los voluntarios.
En el almuerzo (suculento, claro) compartí mesa con Tony Rosado, quien había tenido la amabilidad de asistir a mi seminario. Fue un honor conocerlo mejor y compartir aquel ratito con él.
Después de almorzar, otro bombazo: una mesa redonda sobre tarifas de traducción. Moderados por Attila Piróth (vicepresidente del comité de ética de IAPTI) intervinieron Lorena Vicente (vicepresidente de IAPTI), Geoffrey Buckinham (quien puso un punto único de genuino humor británico y pronunció todos los derivados de slave que pudo), Heidi Cazes-Sevilla (la entrega y la vehemencia hechas tertuliana) y Suïntha Uiterwaal (quien más tarde impartió un seminario sobre las cooperativas como forma de defender nuestra profesión, al que no pude asistir). Quedó claro que el tabú de las tarifas tiene que dejar de serlo, y que tenemos que hablar mucho del tema, aun más en foros internacionales como el que nos ocupa.
En el programa aparecía para las 15:00 un título que me atrajo, The Vertice Network of Associations in Spain: Stength through unity, pero la ponente dedicó 18 minutos a presentar a la asociación a la que representa (que conozco y admiro sobradamente) y 12 a unas someras indicaciones sobre Vértice. En realidad, la ponencia se convirtió en un acto reivindicativo por parte de una de las asistentes, que terminó respondiendo a las preguntas del público (estas cosas pasan).
Segundo té del día. Pasteles diferentes de los de antes, otra vez exquisitos.
Mi querido compañero de asociación Attila Piróth contó su experiencia en la traducción de una complejísima obra sobre física del estado sólido, bajo el título de The best of both worlds: freelancers teaming up. Colaborar con otros freelancers puede, efectivamente, ser una ocasión magnífica para compartir conocimientos y contactos.
Confieso que en el siguiente turno de talleres me escapé a dar un paseo por Notting Hill, para respirar ese aire tan especial y sumergirme en un par de librerías. Vi a varias Julias Roberts y a unos pocos Hughs Grants. Es lo que tiene Londres. ¿Ya dije que el tiempo era espectacular?

A las 18:15 me senté en la sala Christie para escuchar a Marta Stelmaszack, auténtica gurusa universal de la mercadotecnia traductoril, y de quien tanto había oído hablar. Me temo que soy muy mayor para apreciar sus palabras en lo que valen: es probable que sesiones de autoayuda como la que nos brindó sean muy útiles para traductores que empiezan, pero yo ya estoy terminando, como quien dice. Definitivamente no voy a averiguar a qué dedica el tiempo libre mi cliente, como propone Marta (sic).
Las palabras de despedida a cargo de Aurora Humarán fueron pocas y bellas, emotivas y cariñosas, perfectas («que este congreso no se acabe aquí»). Luego se rifaron entradas para asistir a webinarios y alguna licencia de MemoQ, si no recuero mal. No me tocó nada.
En Londres me alojé en casa de un amigo en la zona de Islington. Ahora sé que no fue casualidad que encima de la mesa del salón estuviera un libro con las letras del insigne compositor de musicales Stephen Sondheim, en el que señala las claves para crear un musical:
Contents dictates form;
 less is more;
god is in the details;
all in the service of clarity,
without which nothing else matters.
Se ve que la organización del primer congreso de la IAPTI se guió por las palabras del compositor de Sweeney Todd: the best pies in London
Hay un testimonio impresionante: el de los tuits que motivó el congreso. Se pueden leer aquí.

Hasta el diploma merece mención por su elegancia (hasta la errata tiene estilo):


Y esto fue todo para mí. Por desgracia, no pude asistir a los actos sociales, de los que darán cuenta otros asistentes, supongo.

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