Cobardía poética

Confieso que me gusta mucho la idea de la «justicia poética»: al final de una historia, la bondad y la virtud son premiados y la maldad castigada. La pobre Cenicienta lo pasa muy mal al principio del cuento, pero se casa con el príncipe y es feliz por siempre; Hitler fue malo malísimo, pero acabó como acabó. Todo por justicia poética.
Confieso que cuando no estoy seguro de la corrección gramatical de algo que he escrito, no me peleo con el idioma: es tan rico y me ofrece tantas formas de decir lo mismo, que actúo con «cobardía poética». Si tengo que escribir «en el cajón encontró dos camisas y un pantalón rojos», que es lo que manda la gramática y que no me gusta nada, soy «cobarde poético» y escribo «en el cajón encontró dos camisas rojas y un pantalón del mismo color».

Confieso que no había leído «Confieso que he vivido» y que, claro, al hacerlo se me ocurren cosas como esta.

4 comentarios
  1. Judit de Diego
    Judit de Diego Dice:

    Quien conoce la ley puede interpretarla (y darle la vuelta, las veces que haga falta, hasta dar con lo que busca). Lo importante es saber cómo hacerlo. Lo de «justicia» o «cobardía» dejemos que lo decidan los poetas.

    Gran blog; gracias por compartir conocimiento y experiencia.

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Responder a Judit de Diego Cancelar respuesta